Diario de un Antimenfotista 94 - EL GRAFÓLOGO GRAFITERO

Válgame... con lo bonito que es arte urbano de Alicante...

Sin ánimo de echarme ningunas flores, creo que este artículo generará polémica. Mi opinión sobre el Grafiti tiene matices (tema tags donde no se debe...) pero cuando se está atacando al grafiti en general y criminalizando al grafiti en general yo me siento en la obligación de defender al grafiti en general.

Este fin de semana sale en EL PAIS un reportage sobre el tema, también con opiniones mías al respecto.

Ya esta bien de criminalizar el arte urbano y poner al mismo nivel al que rompe una farola con el que pinta un mural.

STOP CRIMINALIZACIÓN DEL GRAFITI EN ALICANTE

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publicado en “La Verdad” de Viernes 15 Mayo 2009

EL GRAFÓLOGO GRAFFITERO

Uno de los primeros discursos famosos de Barack Obama, ese genio moderno de la oratoría, es el que pronunció como senador para explicar por qué iba a votar en la cámara alta del congreso de EE.UU. en contra de la Guerra de Irak (una postura extremanadamente impopular entre los políticos americanos en aquella época). Venía a Decir “No me opongo a todas las guerras. Solo me opongo a las guerras tontas. Y esta lo es”.

Pues bien, ante el anuncio del Ayuntamiento de Alicante sobre la incorporación de un Grafólogo Forense para identificar a los autores de graffittis en la ciudad, me sale expresar lo siguiente: “No me opongo a todas las medidas para regular los graffittis. Solo me opongo a las medidas tontas. Y esta lo es”.

Sin ser un experto, ni pretender serlo, entiendo que la Grafología analiza la caligrafía de una persona para extrapolar características de su personalidad. Tal y como han vendido la moto, el Grafólogo Graffitero podría identificar al autor de una pintada después de analizarla (¡Cuidado, Graffiteros, el CSI patrio sabrá quienes sois con tan solo mirar una de vuestras piezas!). Esto, para alguien que conoce un poco el mundo del arte urbano y el graffiti, suena ridículo: en el graffiti no se transmite mensaje por la caligrafía, sino por el estilo (habiendo varios documentados académicamente por el Dr. Francisco Reyes, de la Universidad Complutense, en su tesis doctoral sobre Hip-Hop y comunicación audiovisual en España: Flechero, bomba, New York, Wildstyle…). Un practicante de Graffiti (o “escritor” en el argot) puede incluso estampar su pseudónimo con varios de estos estilos en varias piezas diferentes. A mi se me antoja difícil extrapolar características caligráficas. Más si se emplea spray, una herramienta en donde la presión (uno de los factores que podrían ser analizados por un grafólogo) y el grosor de la difusión del chorro las ejercen diferentes boquillas intercambiables que el escritor puede escoger para colocar en el bote. Además, no existe una base de datos de graffiteros y sus características caligráficas, con lo que la idea que se ha dado a entender que el Grafólogo “identificará a los graffiteros” por sus obras cae por su propio peso.

Matizando la noticia, vemos la utilidad que el Grafólogo Grafittero ha tenido en otras ciudadades como Sabadell, de donde el ayuntamiento ha copidado la idea: si pillan a un graffitero in-fraganti, la policía solo le puede cargar el muerto de la firma (tag), pieza o mural que esté haciendo en ese momento, no todos los que haya hecho por la ciudad una vez identificado el nombre del autor (y un escritor de graffiti siempre suele firmar con un mismo nombre, expresado con diversos estilos, como ya hemos indicado). El Grafólogo se limitará a constatar si todos los graffitis que llevan el nombre del pillado in fraganti los ha realizado la misma persona. Ok, esto ya tiene más sentido. Pero me sigue pareciendo una idea tonta.

El ayuntamiento continúa con una política basada en la criminalización y prohibición y no en la regulación del arte urbano. Ahí, creo yo, reside el error de fondo. Con medidas disuasorias no van a detener este movimiento. En su lugar, se debería optar más por buscar el pacto con los artistas (intentar, por ejemplo, que no se pinte sobre piedra), el reconocimiento de este movimiento cultural surgido espontáneamente entre la juventud de la ciudad, potenciarlo y no criminalizarlo (romper una farola y usar el espacio público para expresarse NO es lo mismo). Actualmente, no se hace distinción entre las diversas formas de expresión del graffiti y del arte urbano (tags, piezas, murales, plantillas…).

Desde instancias municipales, se han dado pasos hacia iniciativas interesantes, como Mur-Art (artistas de Graffiti pintando muros designados por la autoridad municipal), pero no se han potenciado en absoluto: ¿Por qué no sacar un catálogo o ruta urbana con las obras de Mur-Art?¿Por qué no incluir en él algunos graffitis y murales interesantes realizados en lugares que no molestan o cuyos dueños hayan dado permiso, como ejemplo de arte cívico?¿Por qué no educar al ciudadano en las diferentes manifestaciones de arte urbano, en el cual Alicante está bien considerado a nivel nacional dentro de estos circuitos?¿Por qué no hacer que los graffiteros, en suma, se sientan orgullosos de su ciudad para que aumente su respeto por ella? Si la ciudad muestra respeto por el graffiti considero que el graffiti respetará a la ciudad. Como he dicho al principio, no estoy en contra de todas las ideas para regular el arte urbano, solo en contra de las tontas. Y toda medida disuasoria para luchar contra un movimiento contestatario y juvenil está abocada al fracaso. Si andamos por la senda de el pacto, el diálogo y el reconocimiento como arte obtendremos mejores resultados y nos llevaremos más de una sorpresa ¡Antimenfotistas del mundo, uníos!

DANI SIMÓN

www.danielsimon.blogspot.com

P.D.: Aviso a navegantes: cuando alrededor de una pieza grande de graffiti o mural se encuentran escritos algunos nombres o pseudónimos, estos no son los autores de la pieza (el nombre del autor o grupo de autores ya va en la pieza en si), sino de personas a las cuales dedican la obra. Estimadas autoridades: no vayáis a empapelar a quien no debeís