LAS CIGARRERAS Y EL AUDITORIO: LOS NUEVOS CENTROS CULTURALES DE ALICANTE

publicado en “La Verdad” de Viernes 9 de Septiembre de 2010

A VUELTAS CON LAS CIGARRERAS Y EL AUDITORIO.

En el mundillo cultural alicantino no se habla de otra cosa estos meses. La perspectiva de apertura de dos nuevos espacios culturales de primer orden en un futuro muy próximo, el Centro de Cultura Contemporanea “Las Cigarreras” y el Auditorio Provincial, genera ilusión y expectación algo escéptica a partes iguales entre los que amamos, trabajamos o simplemente seguimos la cultura en la ciudad de Alicante. Deseados como un sueño imposible, demandados como justos y necesarios... están a punto de estar aquí por fin. Mi querido colega Eduardo Lastres ya se refirió a ellos, junto al MACA, en su columna de la semana pasada en La Verdad. Creo que me toca expresar las ilusiones, las serias dudas, los análisis, los deseos y las contradicciones que la apertura de estos centros, y especialmente como se está llevando a cabo la definición de sus proyectos culturales, me están generando desde hace ya meses.

Coincido con Eduardo Lastres en que los centros culturales también deben ser centros sociales y “deben ser espejo de la sociedad en la que sirven”. Sería todo un cambio que se gestionaran así, puesto que la oficialidad en Alicante nos tiene acostumbrados a que ignore lo que está ocurriendo en la calle e incluso a ignorar a Alicantinos que triunfan fuera de nuestras fronteras y pasean el nombre de Alicante por España y fuera de ella. Echamos de menos una investigación de tendencias locales (o de gustos del público) previa a proponer una programación por parte de los responsables de la mayoría de centros de cultura institucional de la provincia (y voy a oponer aposta los conceptos “cultura institucional” y “cultura underground” o “de calle” por que es una realidad que en el caso de Alicante hay un divorcio total entre las mismas).

El problema del Centro Cultural Las Cigarreras no es que sepamos (o no) si va a ser reflejo de tendencias e inquietudes del Alicante cultural actual. El problema es que no sabemos que va a ser. El centro genera muchas, muchas expectativas en los círculos de cultura joven, que se han tenido que buscar la vida al margen de la ayuda municipal. El problema es que una vez se pide concreción no se reciben respuestas. Cuando se pregunta ¿Qué actividades tendrán cabida?¿Qué lineas maestras culturales articularán su progrmación? ¿Cuáles, de todos los posibles, serán sus objetivos? No se reciben respuestas concretas. Esto preocupa a los ilusionados a priori por su llegada (entre los cuales me incluyo). Un proyecto cultural serio, y este lo tiene que ser, ha de definir sus objetivos, el papel que quiere tener en la sociedad, antes de echar a andar. Entre las cosas que se están haciendo bien es el de haber nombrado a una gestora cultural, Gertru Gómez, al frente del proyecto, una persona que cree y estima la cultura local. Entre las cosas que no se están haciendo bien están el de no dotar a esta gestora de la libertad necesaria. El Alicante culural recuerda entonces el caso del centro “L'escorxador” en Elche, centro que seguirá siendo la comparación inevitable de “Las Cigarreras” hasta que este defina sus objetivos. Allí se dotó a Paco Sarabia de la libertad y medios necesarios para llevar a cabo un proyecto cultural vanguardista y bien definido que es la envidia de la provincia.

Los recortes presupuestarios actuales pueden generar comprensión, pero no son excusa para no tener a estas alturas un plan de centro definido con objetivos concretos. La gente de la cultura de Alicante es muy activa, como demostramos en esta columna, y no deja de hablar de cuales podrían ser estos. Los que un servidor defiende en todos los ámbitos en los que milita es que Las Cigarreras debería servir para ayudar a la profesionalización de artistas y gestores de Alicante. Que nuestra gente que crea arte, música, teatro, cine... pueda vivir de ello. Que el centro sirva para acceder a medios que lo favorezcan, pero también el contacto de nuestros creadores con las industrias culturales de dentro y fuera de España que les den a conocer y les ayude a ser profesionales. Exportar nuestra cultura y crear empleo al mismo tiempo en el momento en que más falta hace. Ahí lo dejamos y seguiermos luchando por ello.

Los responsables de Las Cigarreras no dejan de repetir que quieren que los agentes culturales de Alicantinos sientan el centro como propio. Ya hemos avisado: si se quiere ganar cultura underground le queda mucho trabajo. La cultura de calle alicantina ha demostrado que no necesita a la cultural institucional, ni le pide permiso para existir (apertura este año de Centros Culturales alternativos y autogestionados como Macondo y Ocho y Medio, Eventos como Fogueres Combatives y Festival “A 1000 metros bajo tierra”, programaciones regulares interesantes en salas como El Ring o La Salle-Hosta de la Sal...). Al mismo tiempo, si la llegada de Las Cigarreras supone subir un peldaño y ganar en difusión de sus propuestas seguro que la reacción es positiva, siempre y cuando estas propuestas no se desvirtúen ni se altere por factores políticos de ningún tipo (condición sin e qua non). Por si no ha quedado claro, todos deseamos que Las Cigarreras abra y triunfe. A ver si se consigue que podemos definir cual sería ese triunfo entre todos/as y remar en la misma dirección.

En cuanto al Auditorio, sabemos todavía menos. La incógnita sobre su programación y proyecto cultural es total. Aquí se ve también la diferencia de gestión entre Ayuntamiento (que lleva Las Cigarreras) y Diputación (que gestiona el auditorio), los estilos distintos de Miguel Valor (un tipo que pisa la calle, escucha a su oposición y se gana el respeto de mucha gente aunque no coincidan políticamente con él) y Pedro Romero (un tipo oscuro y opaco). La propuesta de programación y orientación para él está clara: que siga el modelo del Auditorio Victor Villegas de Murcia. Allí se dan cita tanto la cultura clásica que esperas de un “auditorio” como conciertos independientes, vanguardistas, experimentales y arriesgados. De hecho se podría optar por un modelo de colaboración con el mismo para compartir programación (y, por tanto, gastos).

Factor añadido: No son los únicos centros que están a punto de abrirse en la ciudad. (MACA, Casa Mediterraneo...), por lo que Cigarreras y Auditorio serán comparados, no solo con centros con los que el imaginario cultural local los relaciona (Escorxador y Auditorio Villegas, sin ir más lejos), sino con lo que esté pasando en el contexto de la ciudad. Es un reto añadido. Insisto en que mi impresión es que todos y todas queremos que lo superen. ¡Antimenfotizar Alicante!

P.D.: Esta columna está especialmente dedicada a Pepe Picó, compañero de La Verdad, fiel lector de la misma y amigo antimenfotista donde los haya ¡Animo Pepe!