martes, enero 31, 2012

McNULTY EN ALICANTE



Publicado en "La Verdad" de Alicante de Sábado 28 Enero 2012.

McNULTY EN ALICANTE

¡Ahora está en Alicante! ¿No te lo crees?

Jimmy McNulty es el protagonista de la serie “The Wire”, un fabuloso relato en cinco actos (o “temporadas”) que realiza un retrato descarnado de la mafia y el crimen en la ciudad americana de Baltimore. En cada temporada, se centra en el punto de vista del mundo criminal de un estamento distinto de la ciudad: la policia, la clase trabajadora del puerto, la política, la educación y el periodismo. Una obra maestra de la televisión sacada de la pluma de un autor, David Simon, que ha demostrado no ser flor de un día al haber vuelto a entregar otra increíble serie después de “The Wire” llamada “Treme”, centrada esta vez en la reconstrucción de New Orleans tras el huracán Katrina.

Pero en realidad yo les quería hablar de McNulty. Más que un personaje protagonista al uso, que está en el centro de la acción, es el detonante de la serie, lo que algunos guionistas llaman “MacGuffin” o hecho que motiva el desarrollo de la historia. McNulty es un detective de la polícía de Baltimore que está harto de que siempre ganen los malos. Esta harto de que en la calle se sepa quienes son los criminales que se enriquecen mientras que en las comisarías y despachos se mira para otro lado. Esta harto de miedos, de imperios de silencio mantenidos a base de comisión, pistola y/o cadáveres. Tan harto está que decide hacer algo al respecto. En el capítulo piloto de la serie, se salta la cadena de mando, que le ha demostrado sus pocas ganas de trabajar para arreglar las cosas más allá de tener su silla segura y su hipoteca pagada, y se va a ver a un juez con el que tiene una relación personal. Este juez ordena a los jefes de McNulty investigar a los capos a los que no había pruebas o voluntad de investigar, pero que la gente en la calle sabía quienes eran. Esto le gana la enemistad eterna de sus jefes y más de un castigo, pero gracias a la iniciativa de McNulty, un tio sin apenas cargo o autoridad, comienzan las investigaciones. La lección que nos enseña es que no hace falta el poder o la responsabilidad para que pasemos a la acción y ayudemos a cambiar las cosas. Una sola persona puede no traer el gran cambio por si solo, pero puede ayudar a generarlo.

Hace poco he averiguado que ha sido de McNulty después de dejar la policía de Baltimore. Lo crean o no, se vino a vivir a Alicante, donde se unió a los cuerpos de seguridad en la ciudad para seguir luchando contra personas que parecen intocables. Algo sospeché cuando vi las transcripciones de las escuchas del Caso Brugal, que recordaban mucho a las interceptadas en Baltimore a Barksdale y Marlo Stanfield durante la trama de “The Wire”. Pero es que esta semana Jimmy McNulty se me ha presentado. Me ha dicho que lee mis columnas, que se ha dado cuenta de que él y otros como él son también antimenfotistas y les he dado ánimos para cambiar las cosas. Mi columna clamando porque mi equipo de fútbol, mi Hércules, había ascendido a primera sin honor y comprando partidos me generó muchas críticas. A McNulty también, por defenderme, por estar de acuerdo conmigo. McNulty me dio las gracias por seguir haciendo visible en esta columna que hay otro Alicante, uno que no se resigna, que pasa a la acción, que lucha por el cambio y la mejora de la sociedad, del bien común, sea en lo cultural, social o político. McNulty me dio esperanza en un momento de bajón de ánimo: no somos de piedra, a todos nos afecta el bombardeo de miedo e información negativa al que estamos sometidos. Yo esta semana necesitaba saber que hay McNultys de nuestro lado, personas que si tienen que dar la cara para desenmascarar a quien lo merezca lo van a hacer, aunque sufran las consecuencias, aunque les represalien y presionen, aunque nunca sepamos quienes son ni les den premios y medallas ni recibsan el reconomiento que merecen. McNulty me ha hecho sentir útil, me ha hecho ver que hay personas al otro lado del ordenador en el que escribo estas columnas y que el mensaje optimista y proactivo con el que son concebidas va calando como lluvia fina. McNulty, en realidad, no es su verdadero nombre, pero da igual. Vino a agradecerme mis columnas y mi trabajo. Error. Soy yo quien le tengo que dar las gracias.

Desgraciadamente, También tenemos muchos como él en Alicante... ¡McNulty, ayúdanos!

Otros personajes de series de Televisión también campan a sus anchas en la ciudad. Ruben Bertomeu, el constructor protagonista de la serie “Crematorio”, tiene el despacho de su abogado en la Casa Carbonell, en plena Rambla. Desde allí hace firmar contratos a sus testaferros para no dejar rastro legal de sus trapicheos y chanchullos con los que se enriquece ilegalmente. Bertomeu trata con la mafia, corrompe a políticos, explota a trabajadores y mucha gente le admira porque, dicen, “ellos harían lo mismo que él si pudieran”. Mientras personajes de ficción como Bertomeu nos parezcan tan reales, tan parecidos a personas de nuestra realidad, necesitaremos nuestros propios Jimmies McNultys. Que ya tengamos algunos ejemplos, algunas luces en la oscuridad, es para mi prueba de que, poco a poco, Alicante se está antimenfotizando.